MUJER LUNA





En un aspecto muy importante de sus vidas, las mujeres indias son muy diferentes a sus hermanas blancas o negras. Cuando una mujer Lakota dice:

Estoy en mi luna – quiere decir que tiene la regla y eso tiene una magia especial y un significado mítico para nosotros. El “estar en nuestra luna” está rodeado de antiguas pero fuertes creencias, por leyendas y mitología.

Es una creencia no sólo entre nosotros los Sioux sino que abarca la gran mayoría de las tribus de Indios Americanos que una mujer en su luna tiene un poder especial que anula el poder de los hombres, incluso si es un hombre medicina. Simplemente por su mera presencia una mujer en su luna puede anular cualquier ritual o ceremonia.

Un día vi a un hombre medicina muy preocupado porque uno de sus intentos para curar a una persona enferma había fallado y dijo:

- Había una mujer en su luna alrededor - .

Hay hombres que realmente sienten temor a los poderes de las mujeres en nuestras lunas.

Leonard Crow Dog en su visión de la Creación, del Génesis Sioux, describió la parte de las mujeres en la historia de una manera maravillosa, poética y con palabras llenas de misterio cósmico.

_ Y entonces llegó el momento para Tunkashila de crear a la mujer. Entonces no había luna. Todavía era el periodo de la sagrada novedad. El sol, de nuevo, llamó a todos los planetas para que se reunieran y cuando todos estaban reunidos, el sol, en un destello brillante, arrancó uno de sus ojos y lo lanzo al viento de su visión hacia un lugar determinado, y ese destello era femenino y se convirtió en La Luna. Y en su nueva orbita, este “planeta-ojo” creó a la mujer.

“Tu eres un planeta virgen una doncella de la Luna. Te he tocado y te he hecho de mi sombra. Quiero que camines sobre la tierra.”

Esto sucedió en la oscuridad en el tiempo de la Luna nueva.

“Como caminaré sobre la Tierra?” preguntó la mujer.

Entonces el Sol creó el poder y la comprensión de la mujer. Utilizó los rayos para hacer un puente entre la Luna y la Tierra y entonces la mujer caminó en el rayo. Su travesía le llevo mucho, mucho tiempo.

Entonces el Creador del Universo ya había creado al hombre y a la mujer y les había dado a cada uno de ellos poderes diferentes que nunca han sido cambiados. Instruyó a la mujer en sus tareas y de lo que ella aprendería de sus sueños, de sus visiones, de sus poderes especiales de mujer.

El Gran Espíritu ha creado al hombre y a la mujer para ser el uno para el otro, pero no de inmediato. Tienen que hacer contacto lentamente, acostumbrarse el uno al otro, entenderse el uno al otro para que su cariño perdure.

Tunkashila arrojó sangre dentro de la mujer. Ella caminó en el rayo pero también caminó en una vena de sangre que iba desde la Luna a la Tierra. Esta vena era un cordón, un cordón umbilical que se introdujo en su cuerpo y a través del cual ella está siempre en conexión con la Luna. Y nueve meses de creación fueron dados a ella, y el Espíritu le dijo:

“Tu eres la vigilante de las generaciones. Eres la que da vida. Serás la portadora del Universo” 

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