La Sabiduría del Silencio Interno del Tao.


Hablo simplemente cuando es necesario. Siempre pienso lo que voy a decir, antes de abrir la boca. Soy breve y preciso, ya que cada vez que dejo salir una palabra, dejo salir al mismo tiempo una parte de mi chi (energía). De esta manera aprendo a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Hago solo las promesas que puedo cumplir. Evito quejarme y utilizo siempre palabras y frases que proyecten imágenes positivas, porque se producirá alrededor de mi todo lo que he fabricado con mis palabras cargadas de chi.

Si no tengo nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprendo a ser como un espejo. Escucho y reflejo la energía. El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se representan en nuestra vida.

Si me identifico con el éxito tendré éxito. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna. Aprendo a ser como el Universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, porque siendo como un espejo sin emociones, aprendemos a hablar de otra manera, con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permitiendo una comunicación sincera y fluida.

No me doy mucha importancia y soy humilde, pues cuanto más me muestre superior, inteligente y prepotente, más me vuelvo prisionero de mi propia imagen y vivo en un mundo de tensión e ilusiones.

Soy discreto, preservo mi vida íntima, de esta manera me libero de las opiniones de los otros y llevaré una vida tranquila volviéndome invisible, misterioso, indefinible, insondable como el TAO.

No compito con los demás, me vuelvo como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayudo a todos a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Tengo confianza en mi mismo, preservo mi Paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No me comprometo fácilmente. Si actúo de manera precipitada sin tomar consciencia profunda de la situación, me voy a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “si”, porque saben que ese “si” no es sólido y le falta valor. Tomo un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollaré la confianza en mi mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no se o no tengo la respuesta a la pregunta que me han hecho, lo acepto. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evito el hecho de juzgar y criticar, el TAO es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgo a alguien, lo único que hago es expresar mi opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerdo que todo lo que me molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no he resuelto en mi mismo. Deja que cada quién resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Me ocupo de mi mismo, no me defiendo. Cuando tratas de defenderte, en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás demostrando que las palabras de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz. ¿ De veras ?

Mi silencio interno me vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para reeducar el ego, que tiene la costumbre de hablar todo el tiempo. Practico el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar, o por lo menos unas horas en el día, según lo permita tu organización personal. Es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo ilimitado del TAO, en lugar de tratar de explicar con palabras lo que es el TAO.

Progresivamente desarrollaré el arte de hablar sin hablar y mi verdadera naturaleza interna reemplazará mi personalidad artificial, dejando aparecer la luz de mi corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno y todo tu ser se envenenará rápidamente, perdiendo la paz.

Me quedo en silencio, cultivo mi propio ser interno. Respeto la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Me convierto en mi propio maestro y dejo a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vivo siguiendo la vida sagrada del TAO

SABIDURIA LAKOTA: Sobre Guardar Silencio y Hablar

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir.

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman "resolver un problema". Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.

Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces.

Mientras no tengamos educadores para el niño, creo que es un error parir más niños


 
Mientras no tengamos educadores para el niño, creo que es un error parir más niños. Si no sabemos hacerlos hombres, ¿por qué tanto crío?. Mira, te lo voy a explicar de otro modo. Un niño es un prodigio de posibilidades. El 20% tienen de 6 a 9 años el coeficiente intelectual del genio, y por falta de educación adecuada, ya para los 12 años, son tan normales, tan tontos como nosotros. Pero espera un momento, todavía puedo explicarte esto de otra manera. El niño no tiene la cabeza en un sitio y el corazón en otro como nosotros. Lo que piensa y lo que hace le pasa al mismo tiempo. El pensamiento y la acción le ocurren al mismo tiempo, la cabeza y el corazón actúan inseparablemente. El niño así, biológicamente está proyectado, está imaginado, como un instinto superior, como un modelo para hombre, pero no hay educadores educados para educar a este niño, y a este niño el mal educador le enseña unas cosas por separado para la cabeza que tiene que ver muy poco con la cabeza, con lo más hermoso que crece en la cabeza de los niños que es la imaginación, y le enseña menos cosas, y también por separado, para el corazón. Lo grave de esta dicotomía, de esta separación del pensamiento y la acción, es que resulta casi imposible de reparar. El arte trata precisamente de esta reparación, aunque el artista como modelo y como educador ha resultado un fracaso absorbido por nuestra sociedad de consumo.

Jorge Oteiza

¡Zanahoria, Huevo o Café?



Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y como las cosas le resultaban tan difìciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejo hervir sin decir palabra. La hija espero impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su Padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego; Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato.Coló el café y lo puso en una taza. Mirando a su hija le dijo:"Querida; ¿Que ves?" "Zanahorias, huevos y café; fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.Luego le pidio que probara el cafe?. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: "¿Que significa esto, Padre?"El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua fragil. Su cascara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.Los granos de café? sin embargo eran los únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta", ¿cómo respondes? "Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"Y cómo eres tú: "Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?"Eres un huevo, que comienza con un corazon maleable? Posees un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero "Eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazon endurecido? "O eres como un grano de café? ¿El café? cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.

Si eres como el grano de café, cuando lascosas se ponen peor tu reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.


¿Como manejas la adversidad? Eres una zanahoria, un huevo o un grano de cafe.

La paz perfecta


 Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera en una pintura dibujar la paz perfecta.Muchos artistas lo intentaron y presentaron sus obras en el palacio del rey, el gran día había llegado.

El rey observo y admiró todas las pinturas, pero solo hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas.Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenia montañas pero estas eran escabrosas y descubiertas.Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos.Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.Todo esto no se revelaba para nada pacifico.

Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido.Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido ...

Paz perfecta ... el pueblo entero se preguntaba que cuadro elegiría el rey?

El sabio rey escogió la segunda, y explicó a la gente el porque...

"Porque," explicaba el rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."