Solo un masaje
«La mujer llega a casa de la oficina, muy disgustada por una discusión con un compañero de trabajo. Su marido analiza el problema y en unos minutos ya tiene una propuesta para resolverlo. Pero su mujer, en vez de sentirse mejor o agradecida por el consejo, se siente peor. La razón es sencilla: él acaba de demostrarle que el problema puede resolverse fácilmente, pero no le ha dado ninguna indicación de que comprende lo triste, enfadada y frustrada que ella se siente. Lo que ella percibe es que su pareja piensa que ella no es demasiado hábil, o que hubiese sido capaz de resolver el problema por sí sola.
»Pensemos en cómo se sentiría ella si en vez de recibir consejos instantáneos, su pareja le ofreciese un masaje en los hombros. Mientras le da el masaje, el marido simplemente escucha su problema y lo que siente ella a raíz de este problema. Ella podrá entonces perfilar alguna posible solución a su problema, y porque confía en la simpatía de su marido y se siente mejor después del masaje, puede que incluso le pida su opinión. Ahora es cuando él puede sugerir alguna solución que ella está dispuesta a tomar en cuenta. Ella ya no se sentirá minusvalorada, sino que el apoyo emocional de su pareja le dará fuerzas para enfrentarse a su problema de forma constructiva. Esta dinámica de apoyo y empatía funciona tanto con los padres como con los hijos».
RAISING AN EMOTIONALLY INTELLIGENT CHILD, DE JOHN GOTTMAN
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